Un viaje imperdible para los amantes de la historia, el majestuoso centro ceremonial se construyó en honor a la deidad prehispánica más temida del mundo andino desde hace más de 2200 años. De Pachacamac se dice que era el Dios de los temblores y su influencia era tan profunda en todo el Perú antiguo, que los propios incas lo asimilaron a su conjunto de dioses.